Perdido y como perro
Pocos días después del episodio anterior…
En aquellos años, mi abuelo y yo dábamos largos paseos regularmente, principalmente cuando iba por mi a la escuela, un kinder llamado HAPPY que a la fecha no se donde se encuentra, sin embargo se que era cerca de la casa ya que en algunas ocasiones nos regresábamos caminando.
Regularmente el camino a casa incluía siempre las mismas calles, el mismo parque, las mismas personas, sin embargo ese día mi abuelo decidió que tomáramos la ruta panorámica, y caminamos mucho mas rato del que yo estaba acostumbrado, cuando me percate de ello mis sentidos se alteraron, llenándose de una angustia indescriptible que solo los niños pueden sentir con tal magnitud, un sentimiento de desamparo total invadía cada pensamiento de mi ser en esos instantes. El momento crucial había llegado, me senté en el quicio de alguna casa por la que íbamos pasando, y llorando con toda desesperación, grite a mi abuelo – Estamos perdidos!!!, Estamos perdidos!!! – mi abuelo, con su infinito cariño y paciencia, se sentó a mi lado y comenzó a explicarme lo sucedido, a lo que yo me limite a voltear hacia todas direcciones tratando de reconocer algo mientras lo escuchaba, sin embargo no sirvió de mucho, me encontraba muy asustado, comprendiendo el de lo que se trataba, me tomo en sus brazos y me llevo cargando hasta el descanso de la puerta de la casa, diciendo – vez si ya estábamos cerca- ese día paso sin mas contratiempos.
Una de las actividades que mas disfrutábamos juntos, eran las idas al parque álamos ya que mi abuelo disfrutaba de varias horas de tranquilidad en el parque para leer su periódico, mientras yo disfrutaba de los juegos y actividades que los parques ofrecen.
Una cierta ocasión en particular, partiendo hacia el parque, se encontraba cerca de la casa una perrita en celo, con su sequito de canes atrás de ella por todos lados, y nosotros no nos fijamos que los perros venían hacia donde estábamos, en un momento la perrita de pronto se paso atrás de mi, interponiéndome entre los canes y ella, lo cual fue una muy mala idea de su parte, por que los animales, se dejaron venir sobre mi que apenas contaba con escasos 5 años, a pesar de que no fui mordido por ellos, el empuje que tuvieron de sus cabezas contra mi trasero (al verlos venir, mi reaccion primaria fue voltearme), basto para provocarme un dolor bastante considerable mientras mi abuelo me cargaba con todas sus fuerzas hacia arriba para sacarme de tal embrollo, al final no paso nada la perrita siguió su camino y yo seguí lamentándome por un rato por el dolor, mismo que mágicamente desapareció cuando mi abuelo me llevo a una cafetería que frecuentábamos bastante, donde mi platillo favorito, eran los chiclosos de leche que me regalaban para comérmelos con mi helado.
Perdido y como perro me senti durante esos dias, perdido ya que nada de lo que vi, era conocido para mi, lo que me enseño que siempre debemos salir de nuestro pequeño mundo y explorar todo lo que se pueda, para nunca sentirte desamparado, en cualquier lugar que te encuentres, como perro el hecho de que ellos no me discriminaron ni se amedrentaron por ser diferente, simplemente fui un igual en ese momento en que buscaban su tan ansiado tesoro.
En fin me encanta mi cuadra y prefiero los gatos!!!
En aquellos años, mi abuelo y yo dábamos largos paseos regularmente, principalmente cuando iba por mi a la escuela, un kinder llamado HAPPY que a la fecha no se donde se encuentra, sin embargo se que era cerca de la casa ya que en algunas ocasiones nos regresábamos caminando.
Regularmente el camino a casa incluía siempre las mismas calles, el mismo parque, las mismas personas, sin embargo ese día mi abuelo decidió que tomáramos la ruta panorámica, y caminamos mucho mas rato del que yo estaba acostumbrado, cuando me percate de ello mis sentidos se alteraron, llenándose de una angustia indescriptible que solo los niños pueden sentir con tal magnitud, un sentimiento de desamparo total invadía cada pensamiento de mi ser en esos instantes. El momento crucial había llegado, me senté en el quicio de alguna casa por la que íbamos pasando, y llorando con toda desesperación, grite a mi abuelo – Estamos perdidos!!!, Estamos perdidos!!! – mi abuelo, con su infinito cariño y paciencia, se sentó a mi lado y comenzó a explicarme lo sucedido, a lo que yo me limite a voltear hacia todas direcciones tratando de reconocer algo mientras lo escuchaba, sin embargo no sirvió de mucho, me encontraba muy asustado, comprendiendo el de lo que se trataba, me tomo en sus brazos y me llevo cargando hasta el descanso de la puerta de la casa, diciendo – vez si ya estábamos cerca- ese día paso sin mas contratiempos.
Una de las actividades que mas disfrutábamos juntos, eran las idas al parque álamos ya que mi abuelo disfrutaba de varias horas de tranquilidad en el parque para leer su periódico, mientras yo disfrutaba de los juegos y actividades que los parques ofrecen.
Una cierta ocasión en particular, partiendo hacia el parque, se encontraba cerca de la casa una perrita en celo, con su sequito de canes atrás de ella por todos lados, y nosotros no nos fijamos que los perros venían hacia donde estábamos, en un momento la perrita de pronto se paso atrás de mi, interponiéndome entre los canes y ella, lo cual fue una muy mala idea de su parte, por que los animales, se dejaron venir sobre mi que apenas contaba con escasos 5 años, a pesar de que no fui mordido por ellos, el empuje que tuvieron de sus cabezas contra mi trasero (al verlos venir, mi reaccion primaria fue voltearme), basto para provocarme un dolor bastante considerable mientras mi abuelo me cargaba con todas sus fuerzas hacia arriba para sacarme de tal embrollo, al final no paso nada la perrita siguió su camino y yo seguí lamentándome por un rato por el dolor, mismo que mágicamente desapareció cuando mi abuelo me llevo a una cafetería que frecuentábamos bastante, donde mi platillo favorito, eran los chiclosos de leche que me regalaban para comérmelos con mi helado.
Perdido y como perro me senti durante esos dias, perdido ya que nada de lo que vi, era conocido para mi, lo que me enseño que siempre debemos salir de nuestro pequeño mundo y explorar todo lo que se pueda, para nunca sentirte desamparado, en cualquier lugar que te encuentres, como perro el hecho de que ellos no me discriminaron ni se amedrentaron por ser diferente, simplemente fui un igual en ese momento en que buscaban su tan ansiado tesoro.
En fin me encanta mi cuadra y prefiero los gatos!!!
1 Comments:
Yo creo que un buen título para tu post de hoy sería:
..."como perrito en barrio ajeno"...
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